El Coliseo es probablemente uno de los edificos que más fascinación provoca cuando lo vemos por primera vez. Dos sentimientos se encuentran a medida que nos vamos acercando a él. Por un lado, nos impresiona su extraordinaria belleza y la sensación de poder que transmite. Por otro, nos desconcierta el horrible recuerdo de la sangre derramada en la arena, y el número elevadísimo de víctimas que provocó, a costa del divertimento y las ganas de espectáculo de emperadores y del pueblo romano. Una enorme cruz situada junto a la entrada, hace precisamente la labor de recordar que, al fin y al cabo, este fue un sitio de tortura y sufrimiento.
Coliseo
De su interior, solo queda un esqueleto semiderruído, que deja las galerías completamente expuestas al espectador. Se ha reconstruído una pequeña parte de la arena para que podamos imaginar su aspecto original. Bajo ella, se desarrollaba un mundo paralelo, lleno de jaulas de animales y celdas con hombres aguardando su turno, probablemente para morir. El Coliseo podía llegar a almacenar 400 animales como osos, leones, panteras, elefantes... y más animales exóticos que a través de un ingenioso sistema de poleas y montacargas, saltaban a la arena en medio de una persecución de cazadores. Incluso llegaban a producirse luchas desiguales entre hombres y animales que entusiasmaban a la gente.
La arena tenía dos puertas de acceso situadas en los extremos: la Puerta Triunfalis, por donde entraban a escena los gladiadores, y la Puerta Libitinaria (en honor a la Venus Libitina, diosa de las sepulturas), por donde se retiraban los cadáveres.
En el graderío o cabea, se ha calculado que llegaban a entrar 60.000 espectadores. La entrada a los juegos era libre y gratuita para
los ciudadanos romanos, pero cada uno debía sentarse en el puesto que
le correspondía, en función de su clase social, profesión o procedencia. Para ello, cada romano tenía una tablilla que le indicaba el
sector donde se tenía que colocar y cómo acceder a él. El objetivo impuesto por el emperador Augusto era que la gente de clase social diferente no llegara a mezclarse, ni siquiera en los pasillos, para evitar incidentes. Por supuesto, las mujeres tenían la entrada prohibida a los espectáculos gladiatorios, a no ser que los viesen desde las gradas más altas.
Desafortunadamente, no ha llegado a nosotros ningún resto del impresionante graderío. Todas sus piedras han sido expoliadas a través de los siglos.
Gracias a la explicación de la audioguía, conseguimos hacer un ejercicio de imaginación para comprender mejor la esencia del Coliseo: imaginamos a los senadores con sus togas blancas en primera fila, el sonido de las trompetas anunciando el comienzo de los juegos, el rugido del público puesto en pie agitando sus pañuelos blancos... Puede parecer complicado recrear una escena así, cuando solo puedes ver restos de piedra. Pero la audioguía nos ayudó a muchísimo a revivir las luchas. ¡No me canso de recomendarla!
El Coliseo está considerado como una de las cimas de la arquitectura romana. Varios terremetos, incendios y rayos han debilitado su estructura y han intentado acabar con él. Poco a poco se iba degradando a la vez que Roma. Sin embargo, hoy el Coliseo es uno de los monumentos más sobrecogedores de la antiguedad y uno de los iconos de la ciudad. Es el símbolo de la eternidad de Roma.
Nosotros fuimos a visitarlo a las 6 de la tarde. Una hora perfecta ya que hay menos gente y además se puede disfrutar de un bonito atardecer. La misma entrada (12 euros) os sirve para visitar el Foro Romano y el Palatino, si queréis el mismo día, o sino el día siguiente como hicimos nosotros (de eso tratará el próximo post!).
La luz del final del día era preciosa. Asi que le pedí a Javi que me hiciera una foto "tipo Sartorialist" para llevarme de recuerdo, gracias Javi :)
Después de haber escrito sobre el Coliseo, me entran unas ganas tremendas de ver una de mis películas favoritas, Gladiator!
Este viaje por Roma
está llegando a su fin...
qué pena! :(
3 comentarios:
Gracias a ti por hacerme volver allí con cada uno de estos post. Son el recordatorio perfecto de este maravilloso viaje. Te quiero
preciosa la foto!
y no dudo que la audioguía es buena pero tú eres buenísima contándolo todo!! no me está costando nada recrear una lucha sobre vuestras fotos!!!
besos
Maremía!! Pues sabes qué??? Yo no entré en el coliseo porque cuando estuve hubo movidas con el fútbol o no sé qué y no pudimos entrar, qué te parece?? Si es que tengo que volver, está claro...Javito Rodriguez de Alba, cuando quieras repetimos todos :)
Muaks
p.D: clase de francés agotadora...compañero et moi derrotados...me voy a la cama!
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