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Hay un mundo, ¿verdad?
Así pudimos ver a Carla Bruni en su estreno ayer como primera dama francesa en su primera visita de Estado a Inglaterra, acompañada en todo momento por su marido, el Presidente Sarkozy.
¡Bienvenida a United Kingdom, darling!
Con un estilo muy depurado y sobrio, emulando a la inigualable Jackie Kennedy, Carla fue el centro de todas las miradas, llegando a eclipsar incluso a su propio marido en su intento por fraternizar con la Gran Bretaña. El protocolo no podía ser más estricto, ya que los Sarkozy pernoctaron en el castillo Windsor, propiedad de la familia real inglesa. Sin duda, una prueba de fuego para la ex-modelo, que esta semana está siendo noticia por el anuncio de la venta de una de sus fotografías completamente desnuda por la famosa casa de subastas Christie's de Nueva York.
El príncipe Carlos parece no quitarle ojo de encima
El momento de mayor atención mediática se produjo durante el encuentro entre la Bruni y la Reina Isabel II. La ex-cantante italiana, vestida con un elegante conjunto gris, boina garçon a juego, guantes de cuero negro y abrigo entallado por debajo de la rodilla, parece entrar con buen pie en el mundo de las relaciones internacionales. Mientras, los medios contenían la respiración...
¡Así! Flexionando un poco más la rodilla
Fría, con una sonrisa algo forzada, y con esa mirada de absoluto control de la situación que la caracteriza. Consciente de que cualquier error o traspié hubiera sido captado (y esperado) por muchos de sus detractores. Mientras su marido intenta sacar a flote una popularidad que tiene los días contados, y no sólo en su país.
Por último, nada mejor que un paseo en carroza de oro, para poner punto final al cuento de hadas, muy propio del estilo pomposo y anticuado de la monarquía británica.
La Cenicienta moderna