29 de noviembre de 2011

Yo siempre fui de George

 
 
 
 
 
 
 

Hoy se cumplen 10 años de la muerte de George Harrison. El tercer Beatle, el silencioso, el tranquilo. El más retraído y espiritual de la banda. El responsable de haber embarcado al grupo a la búsqueda de un sonido más experimental a mediados de los años 60. Un sonido que marcaría para siempre el estilo de los cuatro de Liverpool en el álbum Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band. Eran los años de la psicodelia, de los hippies y el misticismo, y el talento de George comenzaba a despuntar casi por encima de McCartney y Lennon, la eterna pareja creativa del grupo. Canciones como Here Comes The Sun, While My Guitar Gently Weeps o Something han hecho historia en la carrera de The Beatles y lo han convertido en unos de los músicos más respetados del mundo. Sin él, el sonido de The Beatles hubiera sido muy distinto.

10 años después de su marcha, se presenta un documental sobre su vida dirigido por  el cineasta Martin Scorsese: "George Harrison, Living in the Material World". Más de tres horas de material inédito que nos acercan al lado más intimista de este músico excepcional.

Creo que hoy más que nunca todos deberíamos escuchar y compartir un tema de George. Yo sin dudarlo me quedo con Something, una de las mejores canciones que escribió Harrison y el primer número uno en listas no firmado por Lennon-McCartney. Que sirva como pequeño homenaje...





*Todas las imágenes las he sacado de Pinterest.

25 de noviembre de 2011

Noel Gallagher mañana concierto en La Riviera


Noel Gallagher en la portada de la edición española de octubre de la revista Rolling Stone

Mañana sábado 26 de noviembre veremos en directo a Noel Gallagher y su banda Noel Gallagher and the High Flying Birds en la sala La Riviera de Madrid. Tras abandonar a su hermano Liam y al grupo Oasis después de una acalorada pelea durante la gira europea de 2009, Noel ha decidido por fin dar el salto a su carrera en solitario. Comienza así una nueva etapa para el músico de Manchester que promete dar mucho que hablar. 


"Escribo todo el tiempo. Y cuando digo todo el tiempo no me refiero a que componga cada día, sino a tocar la guitarra todos los días en casa. Y cuando toco siempre se me ocurre algo. Puede que acabar una canción me lleve una semana, tres meses o un año, pero siempre estoy escribiendo." 
Noel Gallagher para la revista Rolling Stone.


A Liam ya hemos visto subido a los escenarios después del fin de Oasis con su grupo Beady Eye. Noel ha tardado algo más en regresar a la música. Lo ha hecho despacio, discretamente. Como si no quisiera hacer mucho ruido, su nuevo single The Death of You and Me se ha colado en las radios y en las listas de éxitos de todo el mundo. Era de imaginar. El talento de este músico es tan desorbitado que no podemos imaginarle quietecito en su casa. Noel jamás para de componer y escribir. Sus melodías, que casi siempre las compone con su guitarra acústica en la mano, terminan convirtiéndose himnos. Tal vez la tarea más dura a la que se ha tenido que enfrentar es a poner voz a cada una de esas canciones (de ese trabajo se encargaba antes Liam). Pero ese no es el estilo de Noel. Hizo las maletas, cogió un avión a Los Ángeles y se encerró en un estudio para dar la forma que él quería (ahora él y solo él es el dueño de sus decisiones) a un disco que él define como "su pisito de soltero". 

¿Y a qué suena ese nuevo disco? ¡Pues a Oasis! Pero con una voz mucho más limpia y cuidada (siempre me gustó más la voz de Noel que la de Liam), letras inspiradoras, temas muy bien acabados, rico en matices, con bases orquestales que hacen que las canciones suenen aún más grandiosas... Noel ha puesto lo mejor de sí mismo en este disco y eso se nota. Está liberado y eso se percibe sobre todo en el mensaje de sus letras, que hablan de amor y de esperanza. Tal vez echemos de menos en el álbum un himno con Wonderwall. Es posible que no lo encontremos y que sea algo irrepetible ya que ahora no tiene que escribir para agradar a nadie, solo a sí mismo. A pesar de todo, creo que los fans podemos estar contentos. A falta de Oasis en nuestras vidas, ahora podemos disfrutar de dos grandes bandas: Beady Eye y High Flying Birds de Noel Gallagher. No sé lo que durará la carrera de Liam (lo mismo se harta de todo y se dedica de lleno a su carrera como diseñador), pero la de Noel durará mucho, ¡estoy segura!

Noel Gallagher para la revista Rolling Stone


 "Oasis es una época de la que estoy muy, muy orgulloso. Algo que nunca volveré a conseguir. Y no lo recuerdo con tristeza. Estuve en uno de los grupos más grandes de la historia, de los mejores. Fue genial. Lo pasé muy bien. Ahí está, así es la vida".
Noel Gallagher para la revista Rolling Stone.

Además los fans estamos de enhorabuena porque el año que viene Noel lanzará un segundo disco, fruto de su colaboración con The Amorphous Androgynous, y que ha declarado que va a tener un punto de rock psicodélico. Del disco que acaba de sacar me quedo con If I had a gun... What a life! y Stop The Clocks. Veremos cómo se porta mañana sobre el escenario y que nos regale (eso está asegurado) alguna joyita de su época con Oasis: Talk Tonight, Wonderwall, Little by Little, Don´t Look Back in Anger, Half The World Away, The Masterplan... uufff.. son tantas! :)




19 de noviembre de 2011

Vacaciones en Roma: dónde comer en la ciudad eterna

Llega el momento de desvelar los restaurantes, cafés y heladerías que fuimos descubriendo a lo largo de 5 días en Roma. Gracias a muchos de los blogs que visité, nos fuimos con una agenda llena de ideas, sugerencias y sitios que no nos podíamos perder. Para los que quieran visitar esta ciudad en un futuro, ahí va nuestra pequeña aportación gastronómica. ¡Esperamos que os guste!


Día 1: 

· Restaurante La Casseta di Trastevere, Piazza dè Renzi, 31 A.
Fue nuestra primera comida en Roma, nada más dejar el apartamento en el Trastévere. ¿Y qué decidimos comer el primer día? Pues una pizza y un plato de pasta. Yo pedí la pizza napoli con anchoas y Javi los penne con pepperoni y pomodoro. Lo mejor del sitio es la relación calidad-precio. La comida muy sencilla y rica, y baratísimo. Suele ser habitual en la mayoría de restaurantes del Trastévere. Si queréis comer bien y barato, cruzad el río y disfrutar de los restaurantes con encanto que abundan en este barrio. Así os alejáis también de los sitios turísticos y os adentráis en el ambiente que más fascina a los romanos. Como curiosidad, por dentro el restaurante simula un pequeño patio de casitas, con la ropa tendida en cuerdas, ventanas, etc. ¡No olvidéis entrar a verlo!
Precio aproximado dos personas 20 euros.

· Heladería della Palma, Vía della Maddalena, 19/23, a pocos pasos del Panteón.
Es muy famosa por tener... ¡150 sabores de helado! Ante tanta oferta resulta muy difícil elegir. Yo no arriesgué mucho y elegí el de kinder bueno :) Un buen plan es pedir un helado (paciencia porque las colas suelen ser largas) y salir a tomarlo a la plaza del Panteón. Tenéis las mejores vistas aseguradas.

· Cafetería La Casa del Caffe Tazza de Oro, vía degli Orfani, 84, desde 1946, también a poquísimos pasos del Panteón.
Dicen que es el mejor capuccino de Roma. A pesar de haber leído maravillas de este sitio, por unos motivos o por otros jamás llegamos a ir. Pero aún así creo que merece la pena recomendarlo.

· Restaurante Di Rienzo, Plaza de la Rotonda, 8, justo enfrente del Panteón.
Para terminar el día contemplando uno de los edificios más bellos del mundo. Este restaurante puede parecer un poco caro, pero en parte es debido a su excelente ubicación. Para variar, pedimos más pasta y más pizza. Disfrutamos no solo de una buena cena, sino de la presencia del Panteón, de la fuente y de músicos improvisando suaves melodías en la plaza. Además, la temperatura no podía ser mejor. Fue un sito perfecto para terminar un primer día redondo.
Precio aproximado dos personas 35 euros.

Al caer la noche, Roma se convierte en una ciudad gatuna.


· Pizzería La Montecarlo, Vícolo Savelli, 13. Cerca de la Plaza Navonna.
Fuimos después de leer la recomendación del periodista Enric González en su libro Historias de Roma. ¡Y qué sabia recomendación! Fue la mejor pizza de todo el viaje. Tomamos la 4 quesos y la fungi. No esperéis encontrar un sitio lujoso, es de lo más sencillo a la vez que acogedor. Ambiente joven (vimos muchos españoles), pero tranquilo gracias a su ubicación en un callejón. El servicio muy agradable, hubiéramos repetido de no ser porque teníamos otros restaurantes que queríamos conocer. Si alguna vez volvemos a Roma, será una parada obligatoria.
Precio aproximado dos personas 25 euros.

· Hostaria Giggetto al Portico d´Ottavia, Vía del Portico d´Ottavia, 21/A - 22.
En el corazón del antiguo barrio judío de Roma está este restaurante pensado para disfrutar al máximo de la auténtica cocina romama. Con especialidades culinarias como las carciofi alla Giuda (alcachofas a la judía), fiori di zucchina (flor de calabacín rellena de queso y anchoas) o el filetti de baccalà (filete de bacalao). La flor de calabacín es una experiencia para los sentidos. Estaba tan buena que le pedí al camarero que me trajera otra, con una no era suficiente. Fue difícil pedir el resto de la comida, ya que todo en la carta es sobresaliente. Como habíamos comido mucha pizza y pasta, opté por los canelones y (vuelvo a decir) han sido los mejores que he comido en mi vida. Habíamos leído en una guía que el jueves era el día del gnocchi, y Javi cumplió con la tradición. Su plato de gnocchi con salsa pomodoro estaba delicioso y nada pesados, como estamos acostumbrados a pensar de este tipo de pasta.


El restaurante cuenta con una localización única: junto al Portico de Ottavia, el antiguo monumento que el emperador Augusto construyó en honor a su hermana Ottavia. Tuvimos suerte y cenamos en la terraza, se estaba de lujo. Postres no pedimos porque no podíamos más, una pena porque son todos caseros y seguro que deliciosos.
Precio aproximado dos personas 60 euros. Cierra los lunes.


Día 3:  

· Trattoria da Augusto, Pizza de´ Renzi, 15. En Trastévere.
Este sencillo y familiar restaurante nos llamó la atención el primer día (está situado justo enfrente de Casseta). El día que fuimos a comer tuvimos que elegir entre los platos que estaban disponibles solo ese día, lo que nos dio una sensación de auténtica comida casera. Javi eligió el pollo a la romana y yo unos ravioli rellenos de queso ricotta y espinacas. El restaurante suele estar bastante lleno ya que gusta mucho a romanos y a turistas, así que id pronto porque sino tendréis que esperar fuera. De nuevo, nada de lujos. Mesas sencillas, manteles de papel y una atención normalita. La ensalada caprese espectacular.
Precio aproximado dos personas 25 euros.

· Tempio di Mecenate, Largo Leopardi, 14-18 (Vía Merulana).
Fuimos porque queríamos probar su bruschetta, un clásico de la comida italiana. Tomamos unas pizzas y aunque estaba todo muy bueno, no nos sorprendió especialmente. Tal vez no acertamos con lo que pedimos. En nuestra opinión, creo que podéis encontrar sitios mejores y más auténticos.
Precio aproximado dos personas 35 euros. 


Día 4:

Al lado del Coliseo paramos para tomar un panino o bocadillo italiano en una terraza de un bar. Es el clásico sandwich de Italia que se toma caliente y que puede estar relleno de salami, queso, mortadela, jamón o carne, entre otros. Si no disponéis de mucho tiempo para parar a comer, es el tentempié ideal. Así reponéis fuerzas y ahorráis dinero.

· Ristorante 59, Vía Angelo Brunetti, 59, a pocos pasos de la Plaza del Popolo.
Nos lo recomendó mi hermana y fue todo un acierto. Sabíamos que iba a ser una cena especial, así que decidimos reservarlo para celebrar mi cumpleaños. Fue un poco duro tener que aguantar hasta el último día para ir, pero eso lo hizo aún más especial ya que fue uno de los últimos recuerdos gastronómicos que nos llevamos de la ciudad (y muy difícil de superar, por cierto!). Si vais a Roma os lo recomiendo mucho. Tomamos ensalada de langosta y pasta con langosta. (yeah!). Creo que ha sido el mejor plato de pasta que he tomado en mi vida! (lo llevo diciendo ya varias veces no??). Una experiencia única, todavía recuerdo lo sabroso y delicioso que estaba. Tuvimos una anécdota muy graciosa a la hora de pedir, porque queríamos pedir langosta y la carta solo estaba en italiano. No sabíamos que langosta en italiano se dice astice, y por poco tenemos que enseñarle al camarero una foto de "tenacitas" (si sois fans de Los Simpsons lo entenderéis).

Tenacitas!!

El ambiente es muy familiar y acogedor. Numerosos personajes del mundo del espectáculo han frecuentado este histórico restaurante romano, uno de sus clientes habituales era nada más y nada menos que Federico Fellini, entre otros como Roberto Benigni, Vittorio Gasman o Marcelo Mastroianni. No hace falta que diga más.
Precio aproximado dos personas 69 euros.

Día 5:

. Restaurante Da Pancrazio Piazza del Biscione, 92/94, a pocos pasos de Campo de Fiori.
No queríamos irnos de Roma sin tomar una buena pasta a la carbonara y unos cacio e pepe. Aquí pudimos disfrutar de ambas cosas y despedirnos con un buen sabor de boca. El cacio e pepe es una de las recetas más conocidas de la cocina romana. Consiste en espaguetis con aceite y pimienta negra. Ya soy adicta a la pimienta y aún así este plato me supo fuerte. Por lo que "el buen sabor de boca" tuve que rebajarlo con un gelatto :) Aún así me encantaron. Si regreso, me acordaré de pedir menos pimienta, per favore!
Precio aproximado dos personas 40 euros.


Por último, me gustaría hacer una mención a los desayunos. Cada mañana tomábamos un capuccino y un cornetto (croissant) en una cafetería del Trastévere. Como consejo, tomároslo en la barra ya que si os sentáis pagáis el doble. Lo mismo ocurre si os sentáis en una terraza, el precio también sube. Haced como los romanos: tomaros un espresso en la barra.
También nos dieron otro buen consejo relacionado con el agua. No compréis agua embotellada. Si lleváis una botella vacía, podéis ir rellenándola las fuentes que encontraréis en cada esquina. El agua es de muy buena calidad y está fresca y riquísima.

En definitiva. No sé si haremos otro viaje en el que vayamos a disfrutar tanto de la comida como en este. Siempre he sido fanática de la comida italiana, pero después de haberla probado allí, todavía me gusta más. Ahora es difícil comer pasta o pizza sin sentir una especie de melancolía. Menos mal que en Madrid tenemos el restaurante La Pulcinella donde hacen las pizzas en horno de leña, uummmhh....

{Espero que os haya gustado esta guía,
ciao bambinos!!}


15 de noviembre de 2011

Vacaciones en Roma: Día 4 - Plaza de España

Otro de los lugares emblemáticos de Roma es la Plaza de España. ¿Quién no recuerda a una bellísima Audrey Hepburn saboreando un helado a los pies de esta escalinata, con su pelo recién cortado? ¿Y quién no imagina a Gregory Peck acercándose a ella, en la deliciosa película de Wyler, Roman Holiday? Es difícil estar en este lugar sin acordarse de esta escena.


Se trata de uno de los lugares de encuentro preferidos por romanos y turistas. Además, en esta misma zona se encuentra una de las zonas más elegantes de la ciudad, en especial, Vía Condotti, donde están las firmas de moda más exclusivas, y Vía Venetto, una de las calles con más glamour gracias a sus hoteles y resturantes de lujo.

Aquí pasamos la última tarde del viaje, disfrutando de un delicioso helado (un plan más turístico imposible!), sentados en la escalera viendo el ambiente.

Plaza de España

La impresionante escalinata asciende por la ladera hasta alcanzar la iglesia de Trinità dei Monti. Su estructura parece trepar hacia lo más alto como si se tratara de un organismo vivo.  Construirla fue todo un reto urbanístico para la época, ya que todo esto no era más que una enorme pendiente. Para dotarla de movimiento, los tramos de la escalinata se estrechan y se ensanchan varias veces, consiguiendo una sensación de altura y grandiosidad. Por supuesto, no podéis iros de aquí sin subir sus 137 escalones porque arriba os espera una vista maravillosa de la ciudad.


La historia de por qué se llama Plaza de España es, ante todo, curiosa. Durante siglos, esta plaza fue escenario del enfrentamiento de dos grandes potencias europeas, Francia y España. A lo largo de 200 años, ambas potencias labraron guerras interminables por la supremacía en Europa y trasladaron simbólicamente este enfrentamiento a la plaza. Tras la construcción a finales del siglo XV de la iglesia de la Trinità dei Monti en lo alto de la colina, los franceses comenzaron a dominar la zona. Pero un siglo más tarde la situación cambió, al fijar aquí su residencia el embajador de España. A partir de este momento, los alrededores de su palacio quedaron convertidos en territorio español. La guardia española controlaba el tránsito, no solo en la plaza, sino también en los alrededores de la iglesia. A raíz de esto, el lugar comenzó a llamarse Plaza de España. Enojados, los franceses hacían lo propio bautizando su zona como Plaza de Francia. La lucha por poseer la plaza llevó a los dos países a una guerra, pero de festejos. El objetivo de esta guerra era deslumbrar a los ciudadanos romanos con las fiestas más suntuosas de cada país, como reflejo de la grandeza de ambas monarquías. Finalmente, los españoles resultaron victoriosos (siempre somos los mejores organizando fiestas!) y hoy en día, la plaza sigue conservando su nombre.


Como en muchos otros lugares de Roma que hemos visto, aquí también hay un gigantesco obelisco a las puertas de la iglesia. Desde abajo, centra todas las miradas y acentúa aún más la sensación de altura de la escalinata.


Avanzamos hacia Vía Condotti, contemplando los escaparates de Louis Viutton, Prada, Dolce & Gabanna, Gucci... En algunas de estas tiendas había verdaderas colas! Entramos en muchas para cotillear... pero no, no compramos nada! :)

Plaza del Popolo

Terminamos en la Plaza del Poppolo, la puerta de entrada a Roma por excelencia, ya que por aquí tenían que pasar todos los viajeros que llegaban a la ciudad eterna. Su arquitecto, Baladiere, diseñó este amplio espacio para dar una cálica acogida a los visitantes. Hasta que se popularizó el uso del ferrocarril con la construcción en 1864 de la estación de Términi al este de la ciudad. A partir de entonces, la plaza dejó de recibir su habitual flujo de viajeros. Por eso hoy en día su tamaño nos parece algo desmesurado y frío. Aún así, sigue siendo un sitio espectacular, lleno de gente que viene y va, música... es un hervidero constante.

Desde el centro de la plaza, podemos ver las denominadas "iglesias gemelas", aunque si nos fijamos bien en realidad no lo son. La de la izquierda, Santa María in Montesanto es de planta alargada, mientras que la de la derecha Santa María dei Miracoli, es más amplia y de planta circular. Pero si no te fijas bien, está claro que parecen idénticas.

Estas famosas iglesias delimitan el cruce de las tres calles más famosas de Roma: la Vía del Corso en el centro, la Vía del Babuino a la izquierda y la Vía di Ripetta a la derecha. Juntas crean el conocido tridente, tal y como podéis ver en la foto. Cogiendo cualquiera de estas tres calles, llegaremos al interior de la ciudad. Tal vez, la más conocida de todas sea la Vía del Corso que enlaza directamente con la Piazza Venecia.


Como homenaje, nos tomamos un capuccino en el conocido Café Rosati. Junto con el Café Cánova, situado justo enfrente, constituyen una de las mayores tradiciones de Roma. Eso sí, el precio del café es de 5,50 euros! Pero valió la pena porque estaba delicioso, y solo la experiencia de tomarlo en la terraza viendo la hermosa plaza del popolo... creo que es algo que hay que hacer una vez en la vida, olvidarse por un momento de los euros y disfrutar.


Como broche final, subimos de nuevo los 137 escalones de la Plaza de España, y esperamos a que caiga el sol. A lo lejos se puede ver la cúpula de Miguel Ángel. Es nuestro último atardecer en la ciudad eterna y la nostalgia se apodera de nosotros. La buena noticia es que nos espera una de las mejores cenas de todo el viaje, en un restaurante precioso llamado Il 59 (el favorito de Fellini). 

Pero de eso hablaré en el próximo post, 
dónde comer en Roma!

7 de noviembre de 2011

Vacaciones en Roma: Día 4 - Foro y Palatino

Si en la visita al Coliseo teníamos que hacer un importante ejercicio de imaginación para visualizar el edificio tal y como era en la antigüedad, en el Foro Romano hay que esforzarse todavía más (si es posible) para ver un poco más allá de los restos de piedras, columnas, capiteles y templos esparcidos por todas partes en completa ruina.

Foro romano

De nuevo nos levantamos temprano en este penúltimo día de vacaciones en Roma. Hoy no es un día cualquiera, es 24 de septiembre y es mi cumpleaños! En un principio no habíamos pensado pasar la mañana de este importante día visitando el foro, pero la idea de recordar esta visita como el día que celebro mis 29 años me hace mucha ilusión. Seguro que no lo olvidaré nunca :)

En este post voy a intentar, gracias a las fotos y a las explicaciones que nos dio la audioguía, reconstruir paso a paso este impresionante valle.

Basílica Emilia

Comenzamos con lo poco que queda de la Basílica Emilia. Es difícil imaginar su aspecto, pero gracias a los planos podemos hacernos a la idea del enorme espacio alargado que ocupaba en realidad. La basílica fue una de las primeras que se construyeron en Roma (siglo II a.c). Tuvo que ser varias veces restaurada en época republicana por la familia Emilia, de la que toma su nombre. En contra de lo que nos puede sugerir su nombre, las basílicas del foro no tenían ninguna función religiosa. No eran más que grandes salas cubiertas donde, en caso de mal tiempo, podían desarrollarse todas las actividades que tenían lugar habitualmente en la plaza. Eran utilizadas también para realizar juicios, si en el exterior hacía mucho calor o estaba lloviendo.


Plaza del Foro

Nos imaginamos la plaza del foro como un auténtico hervidero de gente, comprando y vendiendo, debatiendo sobre política, filosofía... Es un enorme espacio abierto que dividía las dos basílicas (la Emilia y la Julia), y aquí se concentraban los principales edificios políticos de Roma.


La Curia

La curia es el edificio mejor conservado del foro. Se llama Curia Julia porque su construcción fue iniciada por Julio César para sustituir a la antigua curia de los reyes, que fue devastada por un incendio. Su sorprendente estado de conservación se debe a que en el siglo VII quedó convertida en la iglesia de San Adriano. En esta gran sala se reunía el senado romano, la institución más antigua y prestigiosa de Roma, que guió los destinos de la gran potencia hasta el final de la República. Pero con la llegada del Imperio, la curia perdió su fuerza y funciones, y el senado pasó a ser un órgano dócil sometido a la voluntad del emperador.


El arco de Septimio Severo

Este arco era testigo de las celebraciones por las victorias en las guerras. Por sus tres vanos, pasaba todo el cortejo de los desfiles del triunfo, que terminaban siempre ante el Templo de Saturno en la cima del capitolio. Imaginaros el espectáculo de la multitud recibiendo a los héroes de estas victorias, montados en sus carros cargados de oro y de prisioneros.

Templos romanos


Cerca del Arco de Septimio Severo se encuentra el área de los templos: el Templo de Vespasiano y Tito, el Templo de la Concordia (del que apenas queda nada) y el Templo de Saturno. Según la mitología, Saturno fue expulsado del Olimpo por su hijo Júpiter. Vino a Italia y formó una ciudad en la que no existían las guerras y reinaba la paz y la armonía. Su mítico gobierno era añorado por los romanos como una edad de oro. Por eso en su honor, durante el mes de diciembre, se celebraban las fiestas más bulliciosas del calendario romano, y que preceden a nuetras actuales navidades.

Basílica Julia

La basílica Julia debe su nombre a Julio César, el gran remodelador del foro. Solo se conserva en buen estado la escalinata de acceso, y nos ayuda a delimitar su perímetro. A diferencia de las demás basílicas del foro, la basílica Julia era un gran espacio abierto. No había en ella ningún muro que creara un espacio interior cerrado. Su planta estaba formada por pilares que delimitaban una gran sala central abierta, rodeada por un doble pórtico. Su función era la de administrar justicia.

Columna de Focas

En este entorno vemos también la columna de Focas, la única que se conserva íntegra y en perfecto estado. Fue el último monumento erigido en el foro.


Templo de Cástor y Pólux

De él solo quedan en pie tres columnas corintias. Se trata de un símbolo de la antigua Roma, y por ello, son universalmente conocidas.


Arco de Tito


Este arco conmemora el aplastamiento de la rebelión de los judíos.


Colina del Palatino

Antes de abandonar el foro, damos un paseo por el Palatino, lugar de residencia de muchos emperadores romanos. Augusto fue el primero en establecer aquí su residencia, aunque de una manera sencilla, lejos de las lujosas casas o palacios que levantaron sus sucesores, en especial Tiberio, Domiciano, Calígula o Nerón. Con este último, la Domus Tiberiana se convirtió en un palacio monumental. Hoy queda muy poco de este complejo residencial,  ya que sus ruinas fueron demolidas en el siglo XVI para construir los Jardines Farnese. Solo podemos ver ruinas y más ruinas, por lo que es difícil hacerse a la idea de cómo era en realidad.


De lo que sí podemos disfrutar es de unas impresionantes vistas. Podemos hacernos a la idea de lo que desde aquí contemplaban los emperadores. Ante sus ojos, se desplegaba la parte más noble de Roma, los hermosos templos y plazas del foro, incluido el Coliseo.

No puedo detemerne mucho en detalles del Palatino, ya que no lo vimos entero. Las visita requiere mucho tiempo. Os recomiendo que os llevéis algo de comida (un bocadillo o sándwich) y repongáis fuerzas sentados en algún lugar tranquilo y a la sombra del Palatino. ¡Si lo llegamos a saber lo hubiéramos hecho!

Otra vista que no os podéis perder desde el Palatino es la del Circo Máximo, el mayor estadio jamás levantado por el hombre, capaz de albergar a 300.000 espectadores. ¡Pero no esperéis ver mucho! Ya que el Circo Máximo se encuentra sepultado bajo tierra y solo una pequeña parte del graderío ha sido desenterrada. Es más una esplanada gigante que otra cosa, pero ya hablaremos de él en el próximo y casi último post de este viaje :)