17 de noviembre de 2015

Finde de desconexión en Cuenca

Muchas veces cuando mi mente y mi cuerpo me piden desconectar me imagino en un destino remoto donde no llegue ni la cobertura y no me pueda entrar ni un whatsupp. ¿No os pasa lo mismo? Luego la realidad es que te pones a indagar y descubres que hay sitios increíbles, más cerca de lo que pensamos, donde podemos cargar pilas después de una dura semana. Es lo que me pasó hace unas semanas con Cuenca. ¿Lo conocéis? Yo no había estado antes, lo sé, ¡delito! Todavía me quedan muchos rincones cercanos por descubrir y la ciudad de las casas colgadas era una de ellos.

Así que decidimos coger el coche y escapar a un entorno que me sorprendió. Sobre todo por el "impacto otoñal" tan brutal. Y el encanto surrealista de su arquitectura. Después de haber estado entiendo mejor el hastagh de #CuencaEnamora llevado a cabo por el Congreso de Turismo de la ciudad, porque es verdad. Y más en esta época del año, el otoño no puede gustarme más :)

Cuenca
Cuenca
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Cuenca
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¡Algunas recomendaciones!

- Dormir en el Parador de Cuenca debe ser toda una experiencia. Un antiguo convento en un emplazamiento increíble. En plena Hoz del Huécar y con habitaciones con vistas a las Casas Colgadas. Me lo imagino todo rodeado de nieve en pleno mes de diciembre... muuuuuy apetecible.
- Comer se tiene que comer bien en muchos lados. A nosotros nos recomendaron el restaurante de la Posada de San José y fue un acierto. Comida tradicional pero con un puntito y preciosas vistas al Parador desde nuestra mesa.
- También me chivaron que uno de los clásicos para tomar algo es La Bodeguilla de Basilio, ¡casi parada obligada a los que visitan la ciudad! La pena fue que el chivatazo me lo dieron a posteriori, así que lo tendremos que probar en la siguiente ocasión.
- Sacar del cajón la cámara reflex y volver a hacer fotos fue algo casi terapéutico para mi. Os lo recomiendo.

Y luego hay muchos rincones para perderse rodeado de naturaleza... que no sabíamos ni que existían. Pero eso os lo contaré en otro post, porque merece la pena entrar en detalle.

Mientras tanto, más ideas para hacer una pequeño viaje de desconexión antes de Navidad: 24 horas en Salamanca y Escapada a Lisboa.