7 de febrero de 2013

Bodas de cine: El Graduado

Anoche vi por primera vez El Graduado. Me gustó muchísimo y ahora entiendo la manera en la que ha influido a otros grandes hitos del cine. Desde la actuación de un jovencísimo Dustin Hoffman (un personaje algo ingenuo y en ocasiones "bobo", pero que maneja un sofisticado arte de la ironía), pasando por la genial banda sonora de Simon & Garfunkel (y su Mrs. Robinson compuesto especialmente para el film) que nos acompaña durante el desarrollo de toda la trama, y sobre todo su cuidado diseño de producción, que te transporta a los melancólicos años sesenta. Siempre procuro prestar especial atención a la dirección de fotografía y me sorprendió en este caso la  innovadora fotografía de Robert Surtees.

 
 

La historia refleja muy bien el estado anímico de toda una generación de jóvenes de la época, testigos de cómo llegaba a su fin el clásico sueño norteamericano. Unos jóvenes cansados de los valores establecidos, inculcados por la familia o la sociedad a la que pertenecen. Unos valores para los que ya no encuentran respuesta ni sentido. Esto lo percibimos claramente en los personajes de Ben y Elaine, dos almas jóvenes y llenas de vida, pero que se mueven a la deriva, sin saber bien qué les va a deparar su futuro. De alguna forma, es fácil sentirse reflejado en estos personajes, y esto, sin duda, es la clave del éxito de la película.


Como todos sabréis, en la película se celebra una boda. Últimamente todo me sirve de inspiración para este tema, así que no he podido evitar hacer toda una radiografía del look de novia de la bellísima Katharine Ross, la actriz que da vida a Elaine. Inauguro así una nueva sección en el blog bajo el título "Bodas de Cine", en la que iré analizando algunas de las novias más emblemáticas de la historia del séptimo arte.


Y me he enamorado de su velo de tul rígido, la melena suelta y sus infinitas pestañas.
Creía que yo no era de velo... hasta que he visto esta película.