20 de octubre de 2012

París: Día 3 - Disneyland Park


Cuando era pequeña, una de mis mayores ilusiones era ir a Disneyland Paris. Me acuerdo perfectamente hace 20 años de las imágenes de su inauguración, ¡las veía y suspiraba pensando en visitar algún día el castillo... y a Mickey! Está claro que nunca se puede perder la ilusión, porque ese esperado día llegó, el mismo día en el que cumplí los 30. Y aunque llovió a ratos y hacía un poco de frío, no importaba. La magia Disney se te mete tanto en el cuerpo, que no puedes dejar de sonreir en cada atracción o espectáculo.


Para llegar a Disneyland desde el centro de París, nosotros utilizamos el servicio del RER (Réseau Express Régional), los trenes regionales de París. Desde la estación de Châtelet Les Halles se toma un tren hasta Marne la Vallée-Chessy. Justo en la salida está la entrada del parque, y el viaje solo dura 40 minutos.
Dedicamos dos días enteros a la experiencia: el primero para disfrutar de Disneyland Park, y el segundo para dedicarlo al completo a Walt Disney Studios-Park.  


Lo mejor de estar en Disneyland, es que vuelves a sentirte como un niño otra vez. Todo está perfectamente cuidado y estudiado para que lo que veas a tu alrededor sea mágico, y te olvides por completo del mundo exterior. Hasta las canciones que suenan allí, te duran luego dos o tres días en la cabeza. Además, hay muchísimas tiendas en las que, si no te controlas un poco, ¡lo comprarías todo!


Disneyland Park está dividido en cinco espacios diferentes. Nada más entrar, Main Street USA nos recibe con sus preciosas casitas del siglo pasado (dentro se esconden las temidas tiendas). Es la zona para pasear, comprar y comer. Y disfrutar de la espectacular cabalgata de carrozas que tiene lugar a diario. 


Frontierland contiene toda la emoción del oeste americano. Atracciones como la Big Thunder Mountain o Phantom Manor  (casa encantada) son las protagonistas. Aunque no pudimos entrar en ninguna de ellas por estar cerradas :( Otro atractivo es el crucero a bordo de un barco de vapor, perfecto para descansar y reponer pilas. Por otro lado, Adventureland combina lo exótico del lejano oriente con historias de piratas y de Indiana Jones.


Fantasyland y el castillo de la Bella Durmiente constituyen el centro neurálgico de la fantasía Disney. Esta zona está más enfocada a las familias con niños, pero no te la puedes perder si quieres que tu experiencia en Disney sea lo más completa posible. Blancanieves, Peter Pan, Alicia, Pinocho... son algunos de los personajes que allí te esperan.


Por último, Discoveryland  te adentra en la tierra de los descubrimientos, la velocidad y los viajes al espacio. ¿Quién no ha oído hablar del Space Mountain? Probablemente una de las mejores montañas rusas del mundo. Con unos efectos especiales y de sonido que te hacen "volar" literalmente. Como si estuvieras dentro de una supernova o en plena lluvia de asteroides.


Todo el parque estaba decorado con impresionantes calabazas, para dar la bienvenida al especial Halloween que tiene lugar cada año en el mes de octubre. Precioso.



En resumen, seas niño o no, es imposible que la experiencia te deje indiferente. Imagino lo impactante que tiene que ser para los más pequeños. Nosotros disfrutamos muchísimo, y eso que ya tenemos una edad :) Además, con motivo del 20 aniversario del parque, al caer la noche, hay un espectáculo maravilloso, que se proyecta sobre el castillo de la Bella Durmiente. Su nombre es Dreams, pero no quiero dar más detalles para no desvelar sorpresas. Solo deciros que el juego de luces, fuegos artificiales, música e imagen es tan impactante que no sabes por un momento qué es magia, y qué es realidad.

¿Vosotros habéis estado en Disneyland París? ¿Qué tal os fue la experiencia?