18 de febrero de 2008

La cara rebelde del jazz


En el mundo de la música hay estribillos que siempre se repiten. La vida de una joven llena de talento y éxito a punto de derrumbarse por culpa de las drogas y el alcohol. Es el caso de la cantante de soul británica Amy Winehouse, que con sólo 24 añitos ya cuenta con un historial de adicciones, caídas y rehabilitaciones que da miedo.

Sin embargo, no le ha impedido ser la triunfadora de la pasada edición de los Premios Grammy, llevándose 5 premios de las 6 nominaciones a las que optaba, entre ellas mejor disco del año por Back To Black y mejor canción del año por Rehab. Un merecido reconocimiento que no pudo presenciar en directo, ya que tanto comportamiento políticamente incorrecto le ha impedido la entrada en los Estados Unidos. Sus miles de fans tuvieron que conformarse con su actuación vía satélite.

Curioso, por cierto, el título de este single que la ha catapultado como la mejor representación del jazz de su generación. Rehab, que en español significa rehabilitación y en el que Amy comienza diciendo: “Ellos intentaron enviarme a rehabilitación y yo dije: no, no, no”. Una personalidad destructiva que no sólo se refleja en sus tatuajes o su indefinible peinado, sino también en sus letras.

Una artista que, lamentablemente, sigue los pasos de otros cantantes como Pete Doherty o Janis Joplin. La pregunta es ¿cuánto le quedará a la pobre Amy Winehouse? Viendo sus fotos del antes y el después no puedo evitar sentir un terrible escalofrío...

El tiempo nos dirá si se trata de otra carrera efímera o estamos ante un nuevo fenómeno que revolucionará el mundo del jazz...

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