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5 de noviembre de 2014

Sobre la amistad: Hepburn y Givenchy

El fin de semana pasado estuve en la exposición sobre la vida y la carrera de uno de los grandes diseñadores de la moda: Hubert de Givenchy. Quedé fascinada no solo por su talento para plasmar sus geniales ideas sobre la tela, sino por su faceta humana y personalidad humilde. Trabajador y siempre fiel a sí mismo.

Sabía lo justo de su historia. Que bebía de las ideas y del impecable trabajo del maestro Cristóbal Balenciaga y que mantuvo una estrecha amistad de casi 40 años con la actriz (y musa) Audrey Hepburn. La historia de cómo se conocieron es curiosa. Hubert estaba en su taller cuando recibió la llamada de que iba a ser el encargado de vestuario de la película Sabrina, protagonizada por Miss Hepburn. El modisto entendió que se trababa de Katharine Hepburn y cuando vio a la joven Audrey entrar en su atelier con una sencilla camiseta de rayas y sombrero de gondolero, se sintió bastante desilusionado. Sin embargo, a partir de ese momento empezaría una amistad que les marcaría a los dos para siempre. Ningún otro modisto volvería a encargarse del vestuario de la actriz en sus películas.

 
 
 

Hasta el 18 de enero podréis en directo ver algunos de los modelos que encumbraron a la actriz en películas como Desayuno con diamantes o Cómo robar un millón. Para la actriz, "la ropa de Givenchy es la única con la que me siento yo misma. Es más que un diseñador; es un creador de personalidad".

Después de conocer esta historia, me encuentro reflexionando sobre el significado de la amistad, sobre lo frágil que es y sobre una frase que he leído en este blog: "He aprendido que grandísimos amigos pueden volverse desconocidos, y que por el contrario, un desconocido puede volverse alguien inseparable".

Ahí queda eso.

Y vosotros, ¿habéis visto ya esta exposición? ¡Os la recomiendo mucho!

24 de agosto de 2009

Matisse en el Thyssen

Quedarse en la ciudad donde uno vive durante las vacaciones no tiene por qué ser malo. A pesar del sofocante calor que estamos sufriendo los que pasamos el mes de agosto en Madrid, hay bastantes planes que hacer (además de pasar el mayor tiempo posible en la piscina!!). Uno de ellos es no perderse la exposición de Matisse en el museo Thyssen-Bornemisza.

Durante mi estancia en Nueva York pude contemplar algunas de sus obras en el MOMA, como por ejemplo La Danza. Ahora es una buena oportunidad para poder saber más de una de las etapas creativas más desconocidas de este artista en Madrid.


Si algo caracteriza a las pinturas de Henri Matisse es su tratamiento del color. Sus cuadros están llenos de colores vivos, ya que para él el color era el elemento predominante en sus pinturas. Eso hace que su obra brille de una manera especial y sea claramente reconocible, aunque no seas un fanático del arte.

Al contemplarlas no puedo evitar sentir una sensación de paz, de calma. Sobre todo me transmite una mezcla de tranquilidad y positivismo. Así lo quería él: «Sueño con un arte de equilibrio, de tranquilidad, sin tema que inquiete o preocupe, algo así como un lenitivo, un calmante cerebral parecido a un buen sillón».

"Mi propósito es expresar mi emoción. Ese estado de ánimo lo crean los objetos que me rodean y causan una reacción en mi: desde el horizonte hasta mí mismo, incluido yo mismo. Porque muy amenudo me represento en el cuadro y tengo conciencia de lo que existe detrás de mí. Expreso tan naturalmente el espacio y los objetos que están situados en él como si estuvieran delante de mí sólo el mar y el cielo, es decir, lo más sencillo que existe en el mundo".


Fue durante un viaje a Marruecos durante los años 1912 y 1913 donde Matisse se inspiró de su luz y colorido tan ricos para sus futuras obras, como es el caso de las odaliscas. En ellas además predominan elementos decorativos tan característicos de este país que tanto marcó al artista. También experimentó con la escultura en bronce, otra de las facetas que podréis admirar en esta exposición que estará hasta el próximo 20 de septiembre.

Os recomiendo que os detengáis unos minutos en su pequeña tienda situada justo a la salida y que está llena de curiosos objetos (me quedé enamorada de unas preciosas tazas de café!!).


{feliz última semana de agosto!!}