Cavallería

Me parece injusto y cruel ponerse a hablar de la playa estando casi a 40º en pleno asfalto madrileño... pero como no siga con este pequeño diario de unas vacaciones en Menorca se me va a acabar el verano y la oportunidad de poder compartir esta bonita experiencia.

Así que siguiendo un poco con el ránking de los sitios más especiales, le llega el turno a la playa. Y no una playa cualquiera, se trata de la playa de Cavallería. Con el puesto nº9.

Situada al norte de la isla, en Es Mercadal, llama la atención por el inconfundible color rojizo de su arena. Contrastado con la vegetación que la rodea y el tono cristalino de sus aguas, la convierten en uno de los lugares imprescindibles para el que quiera disfrutar de un perfecto día de playa. ¡Quién pudiera estar ahí ahora!

Y para que el día sea aún más perfecto, nada mejor que una visita al faro de Cavallería después de la jornada playera. A tan sólo unos minutos de coche, nos adentramos en una finca privada donde habita un precioso faro blanco, que nos da la bienvenida al final del camino. Por el camino, las simpáticas cabras que habitan la zona parecen no inmutarse con la presencia de turistas. La finca esá llena de ellas, ¡así que hay que tener ciudado por si decidís cruzar la carretera!

Una vez arriba dejas el coche, y después bordeas los exteriores del faro para llegar hasta el acantilado, donde se contemplan las mejores puestas de sol de toda la isla (puedo asegurar que es cierto!).

Sin duda es un lugar que no se puede dejar de visitar! Cada vez que voy siempre repito y no deja de sorprenderme. Las vistas del mar, la tranquilidad del lugar... no te das cuenta de su enorme valor hasta que estás allí y entonces lo sientes... Con este ritmo de vida de locos, se agradece encontrar un sitio como este en el que poder parar unos minutos y desconectar, de TODO.

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