Acabamos de regresar de unos días intensos en Sevilla. De volvernos locos de nuevo con el escenario de 360 grados, con la magnitud de la garra y con todo lo vivido en el estadio olímpico de La Cartuja el pasado jueves 30 de septiembre. Sólo podían ser ellos... U2!!
Hace un año que compramos las entradas y aunque temimos que el concierto pudiera ser cancelado al coincidir con la huelga general convocada por los sindicatos españoles, finalmente lo cambiaron de día y la expectación no podía ser mayor! Los sevillanos tenían muchas ganas de U2 y eso se pudo notar toda la noche. Bono estuvo pletórico, su voz brilló como nunca. Tuvo momentos de auténtico éxtasis musical en temas como Miss Sarajevo o en Moment of Surrender. Le pudimos ver bailar al ritmo de The Edge en Misterious Ways, de ponerse romántico con una afortunada chica en In a Little While, de saltar con el público en Elevation... La verdad es que el grupo se encuentra en plena forma a pesar de llevar más de un año de gira por todo el mundo. ¡Incluso Bono parecía estar algo más delgado! Después de su lesión de espalda no puede estar mejor.
Consiguió meterse al público en el bolsillo al presentar a los miembros de la banda como jugadores de la selección española de fútbol: Adam como Iker Casillas, Larry el niño Torres, The Edge como Iniesta o Xavi, y él mismo se presentó como Sergio Ramos, el único sevillano del equipo, como no podía ser de otra manera :)
Otro momento de la noche fue cuando Bono nos pidió que cantásemos el cumpleaños feliz a una persona especial, la persona que le dio su primera lección de guitarra, su hermano mayor que estaba presente esa noche.
En cuanto al setlist para mí fue el perfecto. Es cierto que siempre queda algún tema en el tintero (por ejemplo, Stuck in a moment), pero la elección de las canciones me gustó mucho más que la de Barcelona. Además, nos deleitaron con dos composiciones nuevas, Mercy y North Star.
Aunque el momentazo de la noche fue cuando empezó a sonar Where the Streets Have no Name. Realmente sientes como el estadio se viene abajo a medida que la canción empieza a arrancar... las luces se vuelven todas rojas y de repente un enorme estallido de luz blanca lo ilumina todo... Se puede ver perfectamente a toda la gente (aprox. unas 77.000 personas esa noche) y la energía que se respira en ese momento es increíble... realmente no tengo palabras para describir lo que sentí! Se me ponen los pelos de punta sólo de recordarlo! Para que os hagáis una idea, os dejo con esa actuación del año pasado en Los Ángeles, y espero que a través del ordenador os llegue toda esa energía en esta tarde de domingo.
Subid el volumen por favor y empezar a disfrutar de cuatro excelentes músicos dándolo todo, en el escenario más sorprendente jamás construido!!
{feliz domingo a todos!!}
*todas las fotos han sido tomadas con la Blackberry de J. Thanks a lot!! xoxo
