A day in the park

Hoy hace un día fantástico. Un día de sol, de calorcito… de esos de principios de verano en los que apetece salir a dar una vuelta por el parque más cercano, perderse durante un par de horitas y escapar del bullicio y el estrés de la ciudad.


Si pudiera elegir uno ahora mismo sería sin duda Central Park. Recuerdo la primera vez que entré en él, casi como si fuera ayer. Había pasado una semana desde mi llegada a Manhattan y aún no había tenido la oportunidad de visitarlo, debido al ritmo de las clases y demás. Asi que aprovechamos el domingo para pasar allí todo el día, ¡mi espectación era máxima! Después de verlo en tantas películas, series, fotografías... por fin me iba a ver a mi misma paseando por sus enormes praderas de césped, sus maravillosos puentes y lagos... y tal vez, con un poco de suerte, poder escuchar algo de jazz en directo, como en una historia de Woody Allen.

(foto nada más entrar en el Sheep Meadow, la pradera más grande y famosa de Central Park)

Entramos desde 59th street con la Quinta Avenida. Allí los carruajes de caballos esperan pacientemente la llegada masiva de turistas que desean ver cómodamente el parque a cambio de 50 dólares. Desde allí enseguida te encuentras con el Zoo... y más adelante el jazz...

(all that jazz)

La suerte quiso que nos toparamos con una banda de jazz, asi que nos sentamos en uno de los bancos para disfrutar de su música. Fue un momento mágico, en serio. Minutos antes habíamos hablado de lo emocinante que sería oir algo de jazz, cuando a sólo unos pasos comienza a sonar un saxo... fue increíble! De lo único que me arrepiento fue de no comprar el CD que vendían por sólo 10 dólares... {y poder transportarme de nuevo a ese momento} Es una lástima! :)


Otra zona impresionante es el Lago Reservoir (también conocido como Jacqueline Kennedy Onassis), el estanque más grande del parque. Lo más reconocible de este lago es su inmensa pista alrededor del mismo de más de dos kilómetros, utilizada a diario por miles de neoyorquinos para hacer footing. La hemos visto en cantidad de series y películas y al pasar por allí hay que tener cuidado para que no te atropellen! (les sienta realmente mal que lo invadas).


Central Park tiene muchos rincones que merece la pena disfrutar con calma. Se necesitan varios días para poder verlo en todo su esplendor. Un plan genial es alquilar una bici por ejemplo {es algo que me tengo que apuntar para una próxima visita} o tomar una barquita en el lagito de The Boathouse {un plan perfecto y muy romántico}. O simplemente coger un hotdog o una merienda propia del Deli más cercano, una mantita y tumbarse sin preocuparse del reloj.

No se me ocurre un lugar mejor para estar en este momento. Una experiencia inolvidable =)

I love Central Park!