El pasado día 14 fue el cumpleaños de mi querido J. Después de pensar qué regalarle, quería ser original y se me ocurrió reservar en un curso de Cata de Vinos por una tarde, y así de paso, disfrutábamos los dos.

Encontré en internet una empresa llamada Vinology que se encarga de realizar catas en diferentes restaurantes, bares, domicilios particulares, empresas... de Madrid principalmente, así como del resto de España (bodegas de Rioja, por ejemplo). Os lo recomiendo mucho si queréis dar una sorpresa especial a alguien o divertiros con vuestro grupo de amigos.
La cata fue de Vinos de Madrid. Unos vinos que comienzan a ser reconocidos por la crítica y considerados como de los mejores de España. En total catamos 8 vinos, dos blancos y el resto tintos. Jóvenes, Crianzas, Reservas... no conocía casi ninguno. ¡Ni siquiera sabía que a 20 minutos del centro podríamos encontrar viñedos enormes! O que tuvieramos una Denominación de Origen.
El mundo del vino siempre me ha producido mucha curiosidad, pero siempre me he sentido bastante perdida. ¿Alquien sabía que el Chardonnay era un tipo de uva blanca? Pues yo no. O que el tempranillo era también un tipo de uva tinta (y no una región como llegué a creer...). ¡Se puede decir que algo hemos aprendido entre copa y copa!
La cita fue en La Sal de Montalbán, un restaurante de la capital con decoración moderna, donde ponen unas tapas y pinchos estupendos. Aunque nosotros tomamos unas tapas combinadas con cada uno de los vinos que pudimos catar: tartar de solomillo, queso de mahón, brochetitas de pollo, croquetas de bogavante y de jamón, totas de bacalao con curry... creo que me voy a callar porque me está entrando un hambre tremenda!!


Aunque no era un curso de iniciación, nos dieron unas reglas básicas para un futuro sumiller:
1. Al coger la copa, siempre por el cuello. Sino, corremos el riesgo de calentar el vino con nuestra mano o llenar la copa de huellas que dificultarán después el paso 2...
2. Para observar el color del vino hay que hacerlo siempre situando la copa delante de un papel blanco. Así apreciaremos mejor todos sus detalles.
3. Olemos. Después removemos el vino (con la copa apoyada en la mesa si no queremos bañar a nuestro acompañante...).
4. Olemos de nuevo y notaremos como el oxígeno a provocado que el vino adquiera una intensidad aromática. Aquí podemos apreciar si estamos ante un vino frutal, o un crianza... aunque no es fácil.
5. Catamos. Los más expertos aspiran un poquito de aire para que se oxigene el vino en nuestra boca y el sabor se acentúe. No se trata de sorber, pero eso se consigue con la práctica. Aunque es inevitable que te salga un ruidito un tanto desagradable... (no apto para cenas románticas con el/la chorba/o).
Feliz finde-largo a tod@s!!
2. Para observar el color del vino hay que hacerlo siempre situando la copa delante de un papel blanco. Así apreciaremos mejor todos sus detalles.
3. Olemos. Después removemos el vino (con la copa apoyada en la mesa si no queremos bañar a nuestro acompañante...).
4. Olemos de nuevo y notaremos como el oxígeno a provocado que el vino adquiera una intensidad aromática. Aquí podemos apreciar si estamos ante un vino frutal, o un crianza... aunque no es fácil.
5. Catamos. Los más expertos aspiran un poquito de aire para que se oxigene el vino en nuestra boca y el sabor se acentúe. No se trata de sorber, pero eso se consigue con la práctica. Aunque es inevitable que te salga un ruidito un tanto desagradable... (no apto para cenas románticas con el/la chorba/o).
Lo pasamos muy bien. La gente genial y la organizadora, Pilar, muy atenta y cariñosa.
Eso sí... esta mañana me he acordado de ella porque me he tenido que desayunar un FRENADOL!! jaja!
Pero ha merecido mucho la pena.
Eso sí... esta mañana me he acordado de ella porque me he tenido que desayunar un FRENADOL!! jaja!
Pero ha merecido mucho la pena.
Feliz finde-largo a tod@s!!